Los beneficios del deporte en mujeres con cáncer de mama
Carlos Pérez Caballero, Universidad de Murcia y Andrés Valverde Conesa, Universidad de Murcia
Hace dos meses que a María, con 45 años, le diagnosticaron cáncer de mama, una enfermedad que, en todas sus manifestaciones, este año afectará a casi 278 000 personas en España.
Pero, ¿qué es exactamente el cáncer?
Se puede entender como el daño causado en la célula, concretamente en el ARN. Este deterioro provoca que muchas de las funciones celulares se vean afectadas. Entre ellas, la muerte celular programada o apoptosis.
Cuando la apoptosis deja de funcionar, la célula sigue dividiéndose indefinidamente. El resultado es una acumulación de tejido indeseada: un tumor. Por su parte, el tumor afectará al tejido donde se desarrolla, causando problemas en nervios y estructuras blandas e impidiendo su normal funcionamiento.
Si llega a comunicarse por vía sanguínea, desencadenará otros tumores en diferentes partes del cuerpo. Esto es lo que se llama metástasis.
¿Cómo podemos tratar el cáncer?
Para luchar contra el cáncer, contamos con diferentes tratamientos más o menos experimentales y, por desgracia, más o menos eficaces.
Cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia o las más recientes terapias génicas, entre otras, son las armas disponibles para combatir contra esta enfermedad.
Al abordaje de estas terapias podemos añadir el efecto positivo que determinadas actitudes, hábitos y estilos de vida tienen sobre la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes.
Retomando el caso de María, al poco de ser diagnosticada en el estadio II de la enfermedad, entró en contacto con la asociación AMIGA Murcia.
AMIGA ofrece apoyo en la lucha contra el cáncer a través de un equipo multidisciplinar. Este incluye soporte emocional, proporcionado por psicólogos especializados o el programa de banco de pelucas, tan necesario para mejorar la imagen y el autoconcepto. También diferentes talleres de sensibilización y prevención.
Además, se cuenta con la colaboración, a menudo altruista, de especialistas que aportan las últimas novedades y el mejor apoyo a las mujeres que se enfrentan con valentía a esta enfermedad. Por fin, desde hace unos años, AMIGA y la Universidad de Murcia (UMU) ofrecen el Programa Mujer Activa.
Programa Mujer Activa
Cuando María asistió a su primera sesión en el Centro de Medicina del Deporte de la UMU se debatía entre la idea de si en su estado le venía mejor el reposo físico o el programa deportivo que le recomendaban desde la asociación.
Con el tiempo comprobará por sí misma que su cuerpo responde satisfactoriamente a un ejercicio físico ajustado a sus posibilidades y que, poco a poco, cada vez va a ser capaz de hacer más. A la vez que mejoran su fuerza y su resistencia, lo hará también su autonomía y con ello, su deteriorada autoestima.
El programa Mujer Activa persigue mejorar la calidad de vida y las perspectivas de supervivencia de las pacientes de cáncer de mama, aumentándola entre un 20 y un 40% a través del ejercicio físico realizado de manera habitual.
Según las evidencias, sabemos que el ejercicio disminuye los oncogenes (aquellos que, por su gran capacidad de mutación o transformación, inducen a la formación de cáncer en una célula) y reduce las hormonas circulantes. Además, induce la activación de vías de defensa antioxidante y ayuda a combatir condiciones metabólicas como la adiposidad, la inflamación crónica y la resistencia a la insulina. Todos ellos factores que se han relacionado con varios tipos de cáncer.
Durante el ejercicio, las fibras musculares liberan mioquinas. Estas inducen beneficios como el aumento de la sensibilidad a la insulina o efectos antiproliferativos, que pueden inducir apoptosis en las células de algunos tumores. De hecho, una mioquina concreta, la interleuquina 6, ha mostrado efectos antitumorales.
Anamnesis y dosificación de cargas
Antes de comenzar, María debe rellenar una encuesta. El formulario incluye preguntas sobre aspectos psicológicos, como el estado de ánimo; relativos al diagnóstico y la medicación del cáncer; a molestias y comorbobilidades, así como a sus hábitos de ejercicio físico diario.
Una vez contestadas todas estas preguntas, en su primera visita a la Unidad de Valoración mediremos la estatura de María, su perímetro de cintura y cadera (que se relacionan con el riesgo de diabetes, entre otras patologías), masa total, índice de masa corporal (IMC) y sus porcentajes de masa ósea, magra, grasa, agua y grasa visceral, que obtendremos mediante bioimpedancia eléctrica.
También ejecutará algunos ejercicios que nos permiten evaluar su función neuromuscular o la capacidad que tienen sus músculos principales para generar fuerza por unidad de tiempo.
En una segunda visita, María realizará el test de CAMICO (caminar y correr) para conocer su capacidad aeróbica.
Gracias a estos datos, recibirá un entrenamiento totalmente personalizado. Con tiempo y perseverancia, este hará que aumenten su fuerza, resistencia y mejore su composición corporal. Le proporcionará todos los beneficios asociados a la actividad física. Eso sí, sin el riesgo de sufrir lesiones que surge cuando no está planificada y supervisada por profesionales.
Desde el programa Mujer Activa recordamos a las personas como María que no están solas. Que tienen a su disposición un equipo de trabajo multidisciplinar que se esfuerza día a día por mejorar su calidad de vida y ayudar en su proceso de curación.
La investigación continúa. Cada vez son más las personas supervivientes, pero lo más importante es siempre su actitud.
El alumno Alejandro Escobar Hincapié ha colaborado en la elaboración de este artículo.