Jugando con la Tercera Guerra Mundial: Los Insultos de Trump a Zelensky en la Casa Blanca

Jugando con la Tercera Guerra Mundial: Los Insultos de Trump a Zelensky en la Casa Blanca
El presidente de EE. UU., Donald Trump, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, se reúnen en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, D.C., el 28 de febrero de 2025 (SAUL LOEB / AFP)

Primer acto: Emboscada en la Casa Blanca

El reciente encuentro entre Donald Trump y Volodymyr Zelensky en la Casa Blanca, el 28 de febrero de 2025, se convirtió en un choque diplomático de alto voltaje. Lo que debía ser una reunión para afianzar la relación entre Estados Unidos y Ucrania terminó en una confrontación pública en la que Trump, con un tono agresivo, reprendió a Zelensky por su postura ante el conflicto con Rusia. La tensión escaló cuando el mandatario estadounidense insinuó que Kiev era responsable de prolongar la guerra y amenazó con retirar el apoyo de Washington si Ucrania no cedía en las negociaciones con Moscú. La reunión finalizó sin la firma de acuerdos previstos, y Zelensky abandonó la Casa Blanca con un notable gesto de desilusión.

Contexto: la guerra en Ucrania y la visita a la Casa Blanca

La invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022 desató la peor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El conflicto ha causado decenas de miles de muertes y desplazado a millones de personas, alterando dramáticamente la seguridad europea. Tres años después, la contienda continúa estancada y Ucrania depende del vital apoyo militar y financiero de Occidente. En este contexto, la vuelta de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. en enero de 2025 marcó un giro preocupante: Trump comenzó a cuestionar el respaldo a Kiev, entabló conversaciones directas con Moscú (al margen de Ucrania) y atacó públicamente al presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, quejándose del costo de la ayuda estadounidense.

Segundo acto: Adiós a las tierras raras

A finales de febrero de 2025, Zelensky viajó a Washington con la esperanza de reforzar la alianza y asegurar compromisos de seguridad frente a Rusia. Estaba previsto firmar un acuerdo de cooperación económica (incluyendo la explotación de minerales estratégicos) y discutir una posible hoja de ruta para la paz. Sin embargo, Trump paralelamente había iniciado negociaciones unilaterales con el Kremlin sin contar con Kiev, preparando el terreno para presionar a Zelensky. Este clima premonitorio desembocó en una tensa reunión en la Casa Blanca que, lejos de apuntalar la relación bilateral, terminó por romperla.

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Un enfrentamiento inédito en el Salón Oval

Lo que debía ser una reunión protocolaria se convirtió en un acalorado cruce en el Salón Oval. Donald Trump, acompañado por su vicepresidente J. D. Vance, arremetió contra Zelensky mientras el líder ucraniano intentaba obtener garantías de seguridad para su país. Los últimos minutos del encuentro –que duró unos 45 minutos– derivaron en un tenso intercambio a la vista de periodistas, algo prácticamente inédito en la historia de la Casa Blanca.

Tercer acto: La Tercera Guerra Mundial

La discusión comenzó abruptamente cuando Vance acusó a Zelensky de estar siendo “irrespetuoso” por ventilar sus desacuerdos frente a la prensa estadounidense. Zelensky intentó replicar con calma, pero Trump alzó la voz exigiendo a su invitado que fuese “agradecido” por la ayuda recibida. Acto seguido, el presidente estadounidense increpó a su par ucraniano con términos inusualmente duros: le advirtió que se estaba poniendo en una “muy mala posición” y que Ucrania “no tiene las cartas” para negociar desde la fuerza. “Está jugando con las vidas de millones de personas”, le gritó Trump a Zelensky, sugiriendo que la postura firme de Kiev podría desatar la Tercera Guerra Mundial. El magnate republicano incluso llegó a adoptar abiertamente la narrativa del Kremlin al insinuar que Zelensky era un “dictador” culpable de iniciar el conflicto con Rusia –cuando fue Putin quien lo desató–, algo sin precedentes en un líder estadounidense.

Cuarto acto: El lenguaje no verbal de Trump y Zelensky

El choque diplomático también se reflejó en el lenguaje no verbal de los protagonistas. Trump mantuvo una actitud corporal amenazante y dominante durante todo el encuentro: se le vio señalando con el dedo a Zelensky enfáticamente, elevando el tono hasta prácticamente gritar, e incluso mandó callar a su interlocutor en plena discusión. Sentado en el sillón del Salón Oval, Trump se inclinaba hacia adelante, gesticulando de forma agresiva y con semblante airado, subrayando su posición de poder. Zelensky, por el contrario, exhibió un porte humilde y contenido. Vestido con su habitual indumentaria de faena militar en lugar de traje formal –detalle que Trump no dejó de comentar con un dejo irónico al inicio–, el presidente ucraniano se mantuvo mayormente con las manos juntas y la mirada seria. A pesar de las provocaciones, no alzó la voz ni perdió la compostura, intentando defender su postura con respeto.

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Quinto acto: Distanciamiento de aliados y acercamiento a Putin

El choque en la Casa Blanca evidenció un cambio sísmico en la política exterior de EE. UU. bajo Trump: un distanciamiento de sus aliados tradicionales y un preocupante acercamiento a Vladimir Putin. Desde su regreso al poder, Trump ha dejado clara su intención de replantear la postura estadounidense en la guerra de Ucrania. Ha elogiado las promesas de Putin y asegura “confiar” en la palabra del presidente ruso sobre un posible alto el fuego, pese a las reiteradas advertencias de Londres y París sobre la fragilidad de cualquier tregua no verificada rigurosamente. En línea con esa confianza personal, Trump se niega a responsabilizar a Moscú por la guerra –ha llegado a culpar implícitamente a Kiev del conflicto– y ha cerrado por completo la puerta a una eventual membresía de Ucrania en la OTAN, rompiendo con décadas de consenso bipartidista en Washington.

Este giro deja en entredicho los compromisos de seguridad asumidos tras el fin de la Guerra Fría y ha sembrado inquietud en capitales europeas que dependen del liderazgo estadounidense para contener al Kremlin. Observadores señalan que nunca antes un presidente estadounidense se había colocado tan abiertamente del lado de un agresor internacional, dejando aislado a un país aliado que lucha por su supervivencia. Este realineamiento podría tener consecuencias de largo alcance: desde estimular las ambiciones expansionistas rusas hasta debilitar la disuasión de la OTAN en Europa del Este.

El final y la finalidad de todo: Hágase la voluntad de Putin

Trump acusó a Zelensky de “jugar con la Tercera Guerra Mundial” al resistirse a un mal acuerdo, pero son sus propias acciones las que muchos ven como un juego peligroso con la estabilidad global. Al socavar la unidad occidental y darle oxígeno diplomático a Putin, Trump arriesga inclinar la balanza a favor del Kremlin. La escena de la Casa Blanca no fue solo un episodio bochornoso, sino un síntoma de una transformación más profunda: una redefinición de la política exterior estadounidense con consecuencias impredecibles para el equilibrio de poder global.