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¿Es necesaria y justa la renta básica universal?

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Daniel Raventós Pañella, Universitat de Barcelona

La propuesta de que todo ciudadano y ciudadana, así como toda persona residente acreditada, reciba una asignación monetaria pública incondicional ha irrumpido en el debate público de distintas partes del mundo. La renta básica (RB) despierta gran interés entre diversos colectivos y en los últimos años se han incrementado en todo el mundo los debates al respecto. Las razones son de distinto tipo: técnicas y sociales.

Las razones técnicas pueden ser agrupadas en estos ítems:

  1. El fracaso de los subsidios condicionados (rentas mínimas de inserción, como el ingreso mínimo vital puesto en funcionamiento por el Gobierno de España hace más de un año y medio).
  2. Los estudios de financiación cada vez más ricos en datos y variantes.
  3. Los buenos resultados de muchos planes piloto realizados en distintas partes del mundo a lo largo de los últimos años, así como el proyecto de realización de otros en el futuro inmediato.

Las razones sociales pueden agruparse en:

  1. El empeoramiento de las condiciones de vida de una gran parte de la población, especialmente a partir de la crisis económica que estalla en el año 2008. A partir de 2020 esta situación se ve agravada por la pandemia de la covid-19.
  2. El interés de distintos colectivos (artistas, LGTBI, feministas, salud mental…) por las posibilidades de la RB para atender sus problemáticas concretas.

La conjunción de las razones sociales y técnicas ya enumeradas ha generado distintas propuestas como: la iniciativa ciudadana europea por una RB, la recogida de firmas de la iniciativa legislativa popular por una RB en el País Vasco y el plan piloto del Gobierno de la Generalitat de Cataluña para aplicar una RB en los próximos años.

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Críticas y argumentos

Estas son algunas de las críticas más habituales a la propuesta de renta básica:

  • No habría motivos para trabajar remuneradamente.
  • No es posible financiarla (una variante de esta crítica: es muy costosa).
  • Sería una vía para reducir aún más el llamado estado de bienestar.

La primera crítica ha sido contestada reiteradamente de forma teórica y recogiendo datos de muchos proyectos piloto. La segunda crítica es, desde hace al menos una década, fácilmente contestada por los distintos proyectos de financiación realizados.

Los argumentos en defensa de la renta básica pueden provenir de ámbitos académicos y políticos muy distanciados ideológicamente. Por ello, es preciso señalar los puntos en los que difieren sus propuestas:

  1. Financiación de la renta básica.
  2. Medidas adicionales de política económica.
  3. Neutralidad del Estado.

Las dos primeras diferencias

Los puntos 1 y 2 están muy relacionados entre sí. Referirse a la financiación es también establecer qué parte de la población gana y qué parte pierde con el establecimiento de la renta básica.

Las propuestas de izquierda a favor de la RB defienden la compatibilidad de la renta básica con el mantenimiento y ampliación de la sanidad y la educación públicas, y en general, del estado de bienestar. También que la financiación de la RB mediante una reforma fiscal supone una redistribución de la riqueza de las rentas más altas hacia el resto de la población.

La derecha plantea una redistribución muy distinta. Sus propuestas implican sustituir el estado de bienestar por la renta básica. Charles Murray, un veterano economista estadounidense que defiende la RB desde hace décadas en las páginas del The Wall Street Journal, es especialmente claro al respecto. De hecho, uno de sus libros se llama In Our Hands: A Plan to Replace Welfare State (En nuestras manos: un plan para reemplazar el estado del bienestar).

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La neutralidad del Estado

El tercer punto de desencuentro, la forma de entender la neutralidad del Estado, es especialmente importante. Para la derecha, la neutralidad significa que el Estado no debe intervenir en las negociaciones y disputas de los distintos agentes y sectores sociales. Para la izquierda, el Estado debe intervenir activamente para impedir que los grandes poderes privados, como las multinacionales, impongan su voluntad privada a los Estados, con el ataque a la libertad de la mayoría no rica que eso supone (Ver las páginas 232 y 233 de este artículo).

La renta básica sería una forma de intervención del Estado para posibilitar que toda la ciudadanía dispusiera de la existencia material garantizada y fuera menos vulnerable a las condiciones asimétricas de un mercado muy importante: el de trabajo.

Relaciones asimétricas

La relación laboral es institucionalmente asimétrica aunque los contratos entre una multinacional o gran empresa y cualquier trabajador tomen legalmente a ambas partes como iguales.

La izquierda partidaria de la renta básica defiende que su aplicación mejoraría la posición de la parte más vulnerable, la laboral, que dispondría de un ingreso por encima, o al menos igual, al umbral de la pobreza sobre el que apoyarse. La derecha propone cantidades de renta básica pequeñas porque defiende que no debe suponer un aumento del poder de negociación de los trabajadores.

La propuesta de la RB abarca otros aspectos además de los apuntados como los referidos a la fundamentación filosófico-política de la propuesta que intentan responder a la pregunta: ¿es justa la RB?

Desde filosofías políticas distintas, que van desde las variantes de las teorías de la justicia liberales académicas hasta la fundamentación republicana, se han desarrollado en las últimas décadas distintas defensas de la justicia de la renta básica.

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Daniel Raventós Pañella, Profesor titular de universidad. Facultat d’Economia i Empresa, Universitat de Barcelona